Declaración de la IFLA sobre las Noticias Falsas
El progreso económico y social se basa en que las personas puedan tomar mejores decisiones para ellas mismas y sus comunidades lo que, a su vez, depende del acceso a información de calidad, de una adecuada alfabetización informacional y de destrezas para el pensamiento crítico.
Las historias falsas o erróneas que afirman ser reales – si se creen – corren el riesgo de socavar esta toma de decisiones. Las mentiras deliberadas, las tergiversaciones y los bulos no son nada nuevo. Sin embargo, con las tecnologías digitales es cada vez más fácil para cualquiera – no solo los gobiernos o los que tengan muchos recursos – crear, difundir y compartir estos materiales más lejos y rápido que nunca.
No obstante, nuestro conocimiento del impacto de las “noticias falsas” y las motivaciones de aquellos que las crean y comparten, sigue siendo limitado y necesita una actualización constante para que refleje los cambios sociales, políticos y tecnológicos. Desafortunadamente, el concepto de “noticias falsas” se utiliza cada vez más como una nueva justificación para la censura. La popularización del término ha servido para legitimar leyes o normas que tienen un impacto desproporcionado en la libertad de expresión o simplemente fortalecen la posición de las fuentes tradicionales de información y noticias a expensas de los nuevos medios de comunicación.