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Concursantes en las bibliotecas

Concursos literarios y artísticos convocados por las bibliotecas públicas.
Concursantes en las bibliotecas

Fotolectura 2014

24 de Marzo de 2014

Por Joaquina_Ramilo

Concursos literarios y artísticos convocados por las bibliotecas públicas.

Las bibliotecas públicas se mueven y abren sus puertas a la participación de la ciudadanía.  Especialmente en esta época, cuando se acerca el Día del Libro, pero también en otras fechas señaladas relacionadas con la lectura, las bibliotecas –especialmente las públicas- suelen organizar concursos y certámenes para animar a visitar la biblioteca y darla a conocer entre los ciudadanos.

Presentamos a continuación algunos de los más conocidos. Y os animamos a participar, explorando vuestra vena artística y literaria:

  • Concurso de fotografía digital Fotolectura 2014, organizado por el Movimiento de Bibliotecas Rurales, y en el que participan las bibliotecas públicas de la Comunidad de Madrid, cuyo tema serán los libros y la lectura. Cada participante – en las categorías infantil (hasta 12 años), juvenil (de 13 a 17 años) y adultos (a partir de 18 años)- podrá presentar, hasta el 11 de abril, hasta 3 fotografías. El concurso tiene dos fases: una primera selección entre todos los trabajos presentados en cada biblioteca participante, recibiendo los ganadores un premio en cada categoría;  después competirán los ganadores de todas las bibliotecas participantes de la Comunidad de Madrid que optarán a un premio de un cheque regalo para la compra de libros por valor de 150 euros (100 en la modalidad infantil).
  • Con motivo del Día del Libro, la Biblioteca Pública de Soria organiza el Concurso “¿De qué Libros Estamos Hablando?”, y que consiste en que los lectores, a través de varias pistas  que se irán dejando en el sitio web de la biblioteca, han de averiguar cuáles son los “libros perdidos”.
  • 2º Concurso de Microrrelatos “Menos en Más”, organizado por la Biblioteca Pública de Soto del Real (Madrid). Se admitirán hasta 3 microrrelatos por concursante, de temática libre y una extensión máxima de 150 palabras. Se establecen dos categorías: Junior (para alumnado matriculado en centros educativos de la zona) y Sénior (para personas mayores de 18 años). La fecha límite para presentar los microrrelatos es el 11 de abril.
  • Concurso de Microrrelatos “Sal a la Biblioteca” organizado por la Biblioteca Municipal de Cabezón de la Sal, con el objetivo de incentivar la escritura creativa y la imaginación, y de fomentar la lectura. Podrá participar cualquier persona a partir de 15 años, que ha de presentar un texto, original e inédito, escrito en castellano, con una extensión máxima de 150 palabras, y cuyo plazo de entrega finaliza el 31 de marzo.
  • 4º Certamen de Microrrelatos organizado por la Biblioteca de Colmenar Viejo, que propone escribir una narración en castellano de hasta 140 caracteres –sin contar título ni espacios-, que incluya las palabras “acero” y “plata” en homenaje al centenario de Platero y yo. El plazo de presentación finaliza el 30 de marzo.

Otros ejemplos destacados de concursos, pero para los que recientemente ha finalizado el plazo de participación, aunque los trabajos finalistas se presentarán en breve, son: Un concurso de canciones que tratan sobre la lectura y los libros que participan en el certamen musical “En Clave 15”, dentro del Programa “Pasión por Leer” de la Biblioteca de Castilla La Mancha. Y el 13º Concurso de Marcapáginas “Platero y Yo”, de la Red de Bibliotecas Municipales de Madrid, y cuyo tema es la obra del mismo título de Juan Ramón Jiménez.


Rutas literarias con la biblioteca

Organización de rutas literarias desde la biblioteca pública.

10 de Marzo de 2014

Por Joaquina_Ramilo

Organización de rutas literarias desde la biblioteca pública.

Suele ser habitual que muchas bibliotecas públicas ofrezcan, entre sus actividades de difusión y animación a la lectura, los clubes de lectura. Es una actividad que normalmente tiene mucha aceptación entre los usuarios de la biblioteca que son lectores habituales. Pero quizá, este tipo de actividad  bibliotecaria no obtiene una gran respuesta por parte de los usuarios menos lectores, y consigue atraer a pocos usuarios nuevos a la biblioteca.

Entonces, ¿por qué no sacar esta actividad de la biblioteca a la calle, ofreciendo unas rutas literarias por el pueblo/ciudad donde está ubicada la biblioteca o por las zonas cercanas? La idea consiste en buscar libros de literatura y otros documentos que traten sobre la ciudad o el pueblo correspondiente, y hacer unas rutas literarias visitando las calles, monumentos y zonas que donde tienen lugar las novelas elegidas, o que citan los documentos seleccionados. Puede parecer que sólo en ciudades o en pueblos muy concretos puedan realizarse las rutas literarias; ciudades como Barcelona, Burgos, Lisboa, París, Madrid, Sevilla, Valencia, Vitoria-Gasteiz, etc. seguro que están en el “paisaje” de muchas obras literarias. Sin embargo, hay muchos pueblos que por alguna razón o casualidad salen citados en obras de ficción y en libros de viajes; e incluso son los protagonistas principales de documentos visuales (películas, fotografías, etc.) y de documentales en formato vídeo.

Para organizar esta actividad, los profesionales bibliotecarios –generalmente los de las bibliotecas públicas- deben seleccionar, entre el fondo de la biblioteca, aquellas obras que tengan como trasfondo su ciudad/pueblo/zona/provincia, y organizar periódicamente rutas literarias en las que, a partir de un documento previamente leído/visualizado –o solamente conocido por referencias-, los usuarios de la biblioteca y los ciudadanos no usuarios vayan haciendo un recorrido por lugares y edificios, guiados por una trama documental real o de ficción. Seguro que entre los documentos de la colección local de la biblioteca se encuentran bastantes documentos útiles para organizar esta actividad, y que en muchos casos pueden resultar sorprendentes y poco conocidos.

Algunas agencias de viajes ya realizan esta actividad, organizando rutas literarias por ciudades como Lisboa. Pessoa, Camões, José Saramago, Tabucchi fueron autores enamorados de la capital portuguesa, y en ella tiene lugar muchas de las acciones de sus obras y sus vidas, además de haber sido inspiración para su trabajo literario. Para los lectores habituales, suele ser emocionante visitar los lugares de sus obras literarias favoritas, y sentir como  si formase parte de una novela en concreto visitando los lugares que aparecen en la misma. Un ejemplo: la primera vez que visité Barcelona, uno de los lugares a los que me acerqué fue a la Plaça del Diamant, donde tiene lugar la trama principal de la obra de Mercè Rodoreda del mismo título.

La Red de Bibliotecas de Asturias realizó en 2010, con motivo del Día del Libro, un conjunto de rutas literarias por la geografía asturiana, pero parece que esta actividad no tuvo continuación. Y también algunas otras bibliotecas realizaron rutas literarias de forma puntual, pero parece que no han tenido continuación en el tiempo. Una de las bibliotecas a destacar por fomentar las rutas literarias es la Biblioteca Provincial de Huelva, que organiza viajes literarios con los integrantes de sus clubes de lectura.

Entonces, ¿por qué no ir de visita por la ciudad/el pueblo/la comarca con la biblioteca, y animar así a los ciudadanos a visitar la biblioteca pública, y demostrar que se puede encontrar en ella más que un lugar de estudio y de lectura?


¿Te gusta tu biblioteca?

A los profesionales bibliotecarios, en general, nos cuesta entrar en una biblioteca y observarla con “ojos de usuario”. Solemos ser bastante críticos con las debilidades de los centros bibliotecarios que visitamos, y en ellos identificamos en muchas ocasiones fallos y necesidades.
¿Te gusta tu biblioteca?

Biblioteca "Infanta Elena" (Sevilla)

18 de Febrero de 2014

Por Joaquina_Ramilo

A los profesionales bibliotecarios, en general, nos cuesta entrar en una biblioteca y observarla con “ojos de usuario”. Solemos ser bastante críticos con las debilidades de los centros bibliotecarios que visitamos, y en ellos identificamos en muchas ocasiones fallos y necesidades.

 

Pero quizá los usuarios, con su mirada y su experiencia ”no profesional” también suelen ser buenos observadores; especialmente aquellos usuarios que visitan diferentes bibliotecas y de diferentes tipologías. Por eso deben ser siempre bienvenidas las observaciones, quejas y desideratas de nuestros usuarios, ya que indican el nivel de interés de los usuarios porque los servicios ofrecidos sean de buena calidad y su implicación participativa con el centro bibliotecario. De hecho, en bastantes ocasiones, las quejas de los usuarios sobre los servicios bibliotecarios son de vital importancia para la evaluación de la calidad. Y también los formularios de evaluación de la biblioteca y sus servicios completados por los usuarios son una buena fuente de información para mejorar la calidad de nuestro centro bibliotecario.

El ejemplo más claro de la importancia profesional que se da al compromiso con la calidad en el ámbito bibliotecario son las Cartas de Servicio, en las que –a diferencia de las clásicas guías de usuario- se incluyen –además de las normas de uso y los deberes y derechos del usuario- los compromisos de la biblioteca con la calidad. Se trata de unos compromisos de calidad que deben ser periódicamente analizados para evaluar su cumplimiento; y la información obtenida de dicha evaluación será difundida públicamente y puesta a disposición de los usuarios para su consulta. En las redes de bibliotecas, el cumplimiento de unos criterios de calidad establecidos en las cartas de servicio ayudará a proporcionar unos servicios bibliotecarios equilibrados entre todas las bibliotecas de la red; proporcionando a sus usuarios información clara de qué servicios están a su disposición, según qué criterios y  en qué centros.

Por eso considero que los profesionales bibliotecarios –especialmente los que trabajan en bibliotecas públicas- debemos observar las bibliotecas –sobre todo la “nuestra”- como si fuésemos usuarios, para identificar mejor el valor social y económico de las bibliotecas a partir de las necesidades de información de los usuarios potenciales de la comarca/zona en la que está integrada. Tampoco se debe olvidar la importancia de los comités de biblioteca, en los que debe estar incluida una representación de los usuarios. Además hemos de tener muy en cuenta qué actividades destinadas a la difusión de información, formación y promoción de la lectura y la cultura se llevan a cabo en bibliotecas de tipología similar a la nuestra. Porque muchas veces organizar actividades no es cuestión sólo de recursos económicos, sino de tener inventiva, iniciativa y de realizar “benchmarketing”.

Hay cientos de actividades que se pueden desarrollar en las bibliotecas, desde las recurridas exposiciones –que permiten acercar a la población temas de interés, como la historia local, el entorno ambiental y los biotopos de la zona, los Días Internacionales, etc.- hasta los encuentros con autores; pasando por los clubes de lectura, las bibliovacaciones, los cuentacuentos, los conciertos, las mochilas viajeras, etc.; incluso las citas a ciegas con un libro suelen tener gran aceptación. Y también hay nuevos servicios que pueden ser útiles para atender las demandas de la población usuario, como las aulas digitales o los cursos de aplicaciones informáticas y de idiomas en línea.

El objetivo final debe ser ofrecer un buen servicio, optimizando recursos y siendo eficaz. Pero todo ello debe incluir el hacer atractiva –y necesaria- la biblioteca, tanto para los dirigentes políticos como para las entidades culturales y empresariales de la zona y los usuarios particulares en general.

 


Recuperación de la biblioteca nacional de Sarajevo

Inauguración de la nueva la biblioteca nacional de Bosnia-Herzegovina
Recuperación de la biblioteca nacional de Sarajevo

Biblioteca Sarajevo / Midhat Poturovic (RFE/RL)

23 de Enero de 2014

Por Joaquina_Ramilo

Inauguración de la nueva la biblioteca nacional de Bosnia-Herzegovina

 

Sarajevo, ciudad hermosa y multicultural, allí donde el horror y la crueldad de la guerra asediaron a sus habitantes durante meses, donde a la aniquilación genocida se unió una estrategia de guerra consistente en la aniquilación de las infraestructuras culturales, educativas y religiosas. La labor de los francotiradores chetniks era, sin lugar a dudas, amedrentar y aniquilar a la población civil de la capital de Bosnia, y causar la máxima destrucción posible en los edificios públicos de la ciudad; asediar y matar de hambre a la población de Sarajevo le pareció al general Ratko Mladic una estrategia necesaria para demostrar su fuerza y obligar a capitular al ejército bosnio. El ataque serbio contra Sarajevo que comenzó en abril de 1992, pretendía conseguir en pocos días el control total de la ciudad, pero, ante la fuerte resistencia encontrada, el ejército serbio decidió emplazar sus piezas de artillería pesada en las colinas colindantes, bombardeando desde allí la ciudad y utilizando además a los francotiradores como método de acoso a los civiles, buscando causar el mayor daño posible.

Foto de Gervasio Sánchez

Entre el 25 y 26 de agosto de 1992, la destrucción de la Biblioteca Nacional de Bosnia-Herzegovina en Sarajevo (fundada en 1537 por el gobernador otomano Gazi Husrev-Beg) a causa de los bombardeos del ejército serbio provocó que se perdieran la mayoría de los fondos que albergaba – se calcula que el 80% de los fondos ardieron- y redujo a cenizas un edificio que representaba la identidad bosnia y era depósito de la mayoría de su tradición cultural escrita –disponía del mayor fondo de manuscritos orientales del sureste de Europa, (en árabe, turco y persa; provenientes de Estambul, La Meca, Medina, El Cairo, Bagdad, etc.)-. Gracias a la labor del director de la biblioteca, Mustafa Hacic, y de grupos de voluntarios, parte del fondo fue rescatado de entre los escombros, salvado del fuego y resguardado en otros lugares.

La buena noticia es que, en contra de los habituales retrasos en estos casos, la construcción de la nueva biblioteca nacional en Sarajevo, cuya finalización estaba prevista para abril de 2014, ya ha llegado a buen término y ha sido inaugurada hace unos días. Gracias a la donación de 8,8 millones de dólares del gobierno de Qatar, se ha construido un edificio moderno que alberga los fondos rescatados y cuenta además con varias salas de lectura, donde se pueden consultar los fondos modernos y las reproducciones digitales del fondo antiguo, y dispone de un moderno laboratorio de restauración de manuscritos.