Una biblioteca rumbo al futuro
Las bibliotecas han debido enfrentarse a numerosos cambios a lo largo de su historia. Actualmente están inmersas en el que probablemente sea el más drástico de ellos: el progresivo arrinconamiento de la información física en papel en favor de la documentación digital. Pero, de la misma manera en que "la más antigua de las instituciones de la memoria" -así la define el director de la Biblioteca de la Universidad de La Laguna, Gonzalo Rey Pinzón- ha sobrevivido a todos los retos que se le han planteado hasta ahora, también lo hará en esta ocasión, pese a la inevitable "perplejidad por el futuro" en que están sumidos algunos de sus gestores. En el proceso de automatización, las bibliotecas universitarias se adelantaron, incluso, a los bancos, recuerda Rey Pinzón. Esa experiencia hace pensar que tienen mucho terreno ganado. En el caso de la ULL, el proceso ya está en marcha. "Todo apunta a que vamos hacia un acceso a la información cada vez más universal y transparente", opina el director del centro, inmerso en plena migración a lo digital en unos tiempos en que "el papel está dejando de cumplir su papel" y se hace preciso preservar los contenidos. La biblioteca de la ULL está en trámites de crear un repositorio institucional, un archivo digital que incluya tesis y resultados de investigación, material docente y didáctico, trabajos de fin de carrera y todo tipo de documentación. Este instrumento debe satisfacer determinadas condiciones: ser accesible desde cualquier otro repositorio y permitir la recolección de sus datos para que formen parte de otros archivos más amplios.