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Un país sin bibliotecas

EEUU. La crisis económica amenaza el sistema de préstamo gratuito de libros en Estados Unidos, iniciado hace más de 160 años. También afecta a las librerías del país, convertidas en una especie en peligro de extinción.

 

"Por el grosor del polvo en los libros de una biblioteca pública puede medirse la cultura de un pueblo". John Steinbeck, uno de los más grandes escritores estadounidenses de mediados del siglo XX, era consciente de la

importancia del acceso a la literatura para el desarrollo de la sociedad. Vivió en primera persona los rigores de la Gran Depresión, pero salió adelante y convirtió su desdicha en una inolvidable colección de novelas que le valió el Premio Nobel de Literatura en 1962. Fue testigo de cómo la creación de una red pública de bibliotecas permitió el acceso a la alfabetización para los más desfavorecidos, al Estado del bienestar y a un nivel cultural con el que sus propios abuelos sólo podrían soñar. Sin embargo, el sueño de Steinbeck y su propio legado están a punto de perecer víctimas de una crisis económica y cultural que amenaza con acabar de un plumazo con el agonizante sistema estatal de préstamo gratuito de libros nacido en 1848 con la inauguración de la biblioteca de Boston.

Los datos que maneja la Asociación Nacional de Bibliotecas (ALA, según sus siglas en inglés) son estremecedores. Desde la llegada de la inestabilidad financiera, 438 de los cerca de 16.000 archivos literarios que hay en el país han cerrado sus puertas y varios centenares más están en la cuerda floja, entre ellos el de Salinas (California), cuna de Steinbeck y guardián de su obra. Esta pequeña biblioteca ya consiguió regatear la crisis en 2005 gracias a los 3,2 millones de dólares de un donante privado, a los que se unieron medidas de control del gasto, como la rebaja del 5% en los salarios de sus trabajadores, y a una considerable reducción del horario de apertura durante el verano: desde el cierre de los colegios en junio hasta el inicio del nuevo curso sólo permanece abierta ocho horas a la semana.

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