Nueva reflexión sobre la Biblioteca del Zaidín
Soy uno de los muchos ciudadanos que se ha manifestado en contra del cierre de la biblioteca pública del Zaidín, por razones que dejé expresamente escritas en este mismo periódico hace algunos meses. Y desde que comenzó esa protesta no he dejado de escuchar en boca del alcalde de Granada y del concejal de Cultura todo tipo de disparates dirigidos a quienes nos hemos opuesto a esa arbitrariedad. Uno desearía que quienes se dedican a la actividad pública fuesen al menos prudentes y razonables, ya que la inteligencia no parece un requisito previo para ejercer semejante responsabilidad. La experiencia demuestra, por el contrario, que la tendencia es a la desfachatez y la arrogancia, más desfachatez y más arrogancia cuantos más votos reciben en las elecciones sus respectivos partidos. Es una evidencia que, lamentablemente, constato a diario leyendo los periódicos o escuchando las emisoras de radio de mi ciudad.