María Moliner, la bibliotecaria que imaginaba palabras
“María Moliner hizo una proeza con muy pocos precedentes: escribió sola, en casa, con su propia mano, el diccionario más completo, más útil, más acucioso y más divertido de la lengua castellana”. Los elogios del Nobel de literatura, Gabriel García Márqueza la magna obra de la lexicógrafa aragonesa, quizás sean los que mejor resumen la importancia fundamental de su legado. Una historia de titánico esfuerzo, y amor a las palabras que se esconde detrás de ese maremagnumde definiciones y significados, que es el “María Moliner”, tal y como se conoce popularmente al Diccionario. Un proyecto que adquiere el significado de obra con mayúsculas a la que dedicó más de 15 años de su vida con una determinación inquebrantable. Trabajaba más de diez horas seguidas para alcanzar la excelencia. Cada ficha se elaboraba a máquina y era corregida por la propia Moliner a mano, una a una, en un trabajo cuasi monacal. Mi obra es limpiamente el diccionario Toda una hazaña, viniendo de esa “señora recoleta”, madre de cuatro hijos y refractaria a la coquetería, como ella misma se definía, y que sería imposible repetir en nuestra realidad dominada por las nuevas tecnologías.