La biblioteca de la discordia
¿Se trata de la creación de la biblioteca más grande abierta al público en la historia de la humanidad, como defiende su presidente Anthony Marx, o de un palacio al presentismo, como lo calificó el académico Edmund Morris, feroz crítico del plan?
El 25 de enero pasado parecía que la aprobación por parte de la comisión de conservación de la ciudad (Landmark Commission), solucionaba el embrollo y aclaraba el horizonte, pero la tregua ha resultado ser provisional. El respetado crítico de The New York TimesMichael Kimmelman volvió a avivar el fuego sentenciando la semana pasada que el plan diseñado “tiene toda la elegancia y distinción de un centro comercial de los suburbios”.