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Bibliotecas públicas y Lectura Fácil

21 de Junio de 2013

Por Joaquina_Ramilo

Labor y servicios específicos de las bibliotecas públicas para personas con dificultades de comprensión lectora gracias a los materiales editados en Lectura Fácil.

 

Las bibliotecas públicas tienen, entre sus principales objetivos, facilitar y promover el acceso a la información y la cultura para todos los ciudadanos.

Según el Manifiesto de la UNESCO a favor de las bibliotecas públicas (1994),

“La biblioteca pública presta sus servicios sobre la base de igualdad de acceso de todas las personas, independientemente de su edad, raza, sexo, religión, nacionalidad, idioma o condición social. Debe contar además con servicios específicos para quienes por una u otra razón no puedan valerse de los servicios y materiales ordinarios, por ejemplo, minorías lingüísticas, deficientes físicos y mentales, enfermos o reclusos.”

Por tanto, las bibliotecas públicas deben ofrecer servicios y materiales documentales específicos para aquellos usuarios con necesidades especiales. También las Directrices IFLA/UNESCO para el desarrollo del servicio de bibliotecas públicas (2001) hacen referencia a la necesidad de democratizar elacceso a todos los ciudadanos.

Y es a partir de estas necesidades de donde surge el concepto “Lectura Fácil” (Easy-to-Read, en inglés), que hace referencia a aquellos materiales documentales (libros, revistas, sitios web, etc.) en los que el texto está elaborado siguiendo unos requisitos que permitan que pueda ser leído y entendido por personas que tengan una dificultad lectora o de comprensión. Estos textos en lectura fácil pueden estar adaptados de otros textos, o ser textos originales.

Los materiales de Lectura Fácil están destinados a personas con dificultad lectora:

  • Permanente: discapacidad intelectual, personas sordas y sordo-ciegas, autismo, dislexia, TDA, afasia, personas con demencias (Alzheimer, etc.), etc.
  • Temporal: inmigrantes, personas con escasa alfabetización, personas con trastornos del aprendizaje, etc.
  •  

    La necesidad de la edición de materiales en Lectura Fácil es clara. Se estima que en la mayoría de los países desarrollados, entre el 25% y el 30% de la población tiene dificultades lectoras. Mientras que en países con menos nivel de acceso a la educación y a la cultura, este porcentaje puede llegar al 45%.

    El papel de las bibliotecas públicas –y también el de las bibliotecas escolares- es muy importante, ya que pueden ayudar a difundir la existencia de estos materiales en Lectura Fácil,  facilitando de forma efectiva el acceso a la información a las personas con dificultad de comprensión lectora.

    Por tanto, los profesionales bibliotecarios deben:

  • Conocer las necesidades especiales de sus usuarios, tanto los reales como los potenciales de su comunidad. Para ellos deben contactar y colaborar con otras instituciones como: asociaciones de discapacitados, centros de día, asociaciones de inmigrantes, etc.
  • Formarse sobre los materiales en Lectura Fácil: características técnicas, publicaciones existentes, grupos de trabajo en organizaciones especializadas
  • Difusión de los materiales en Lectura Fácil de su colección: claramente identificados y colocados en un lugar visible.
  • Edición en Lectura Fácil de los materiales informativos sobre la biblioteca y sus servicios.
  • Realización de actividades de dinamización de la lectura para los colectivos con dificultades de compresión lectora: talleres y clubs de lectura.
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    En nuestro país, la iniciativa en Lectura Fácil partió de la Associació Lectura Fàcil, constituida en 2002 en Barcelona. Pero, poco a poco, van surgiendo otras iniciativas como la de Euskadi, más modesta pero con una gran ilusión en sus inicios.